marzo 09, 2010

Emérita y Rodeopampa

“El día lunes 15 de febrero, a las 8.00 de la mañana, se produjo un deslizamiento del cerro Rodeopampa, en el distrito de San Luis de Lucma, Cutervo.
El alud ha perjudicado 80 hectáreas de terreno de cultivo; asimismo un área de 200 hectáreas presenta grietas. También se deterioraron 1,000 metros de camino rural y 2,000 metros de carretera.
El deslizamiento ha provocado que continúen los resquebrajamientos en zonas adyacentes, es decir el peligro aún no termina.
Hasta el momento, el número de personas damnificadas es de 221 (46 familias) y un desaparecido de 18 años. Se reportan, además, viviendas colapsadas o inhabitables. La tierra que se ha acumulado en la rivera del Río Chilac ha producido un embalse de agua que está afectando a la zona. Es inhabitable el 75% de la comunidad de Rodeopampa.

Noticias devastadoras azotan Cajamarca y otras partes del Perú en estos días. Cuando escuchamos de los terremotos en Haití y Chile, siempre los llamados “medios de comunicación” hablan de “la furia de la naturaleza”.
Nosotros no podemos creer que nuestra buena madre tierra se moleste con nosotros y proceda “intencionalmente” para hacernos daño.
Lo que los medios no dicen es lo que los “humanos” hacemos la tierra, desde el uso de agroquímicos hasta el aumento del parque automotor a nivel mundial; de la emisión de gases tóxicos por las grandes empresas a la contaminación constante por parte de las empresas mineras y otras industrias extractivas; de toda la basura que tienen que tragarse los mares, la producción monstruosa de armas de todo tipo, los azotes “pacificadores” contra Irak, Palestina o Afganistán, los experimentos atómicos en el fondo del océano Pacífico…
Lastimosamente, los que pagan las secuelas de estos desastres son los más pequeños y los inocentes.
Esta vez, en San Luis de Lucma, fue afectada –entre muchas otras– la familia de una niña de nuestro Programa Comunitario. Emérita sufre de parálisis cerebral infantil y es atendida desde el año pasado por Abel Vásquez, uno de nuestros Coordinadores. Emérita es una niña alegre y estamos trabajando duro con la familia para que pueda seguir adelante.
Ahora han perdido sus terrenos y sabemos que eso afectará, cómo no, la atención de Emérita. Primero tiene que comer, luego se puede pensar en terapia o rehabilitación.
Hemos de seguir aprendiendo a defender y cuidar a nuestra madre mayor y a la generosa vida comunitaria ligada a ella.
Como decía en su carta el Jefe Indio Seattle: “Todas las cosas están relacionadas. Todo lo que hiere a la tierra, también herirá a los hijos de la tierra”.

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