octubre 04, 2009

Bagua, por junio 5

¿Dónde yace el centinela
del oxígeno del mundo?
– En su jardín incendiado,
en el dolor más profundo.

¿Por qué ha sido asesinado
con su pluma, con su lanza?
– Para robarle la flor
la sonrisa, la esperanza.

¿Y dónde está la consciencia
del que cobra por su muerte?
– Ése engendro no la tiene,
él nació sin esa suerte.

¿Ahora quién hará justicia?
¿O también esto se olvida?
– Su muerte es tu propia muerte.
Su vida también tu vida.

Alfredo Mires, de Cajamarca

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